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Cerca de colapsar el sistema oceánico clave para la vida

El fin de esta corriente causaría tantas repercusiones en el clima mundial “tan abruptas y graves que sería casi imposible adaptarse a ellas en algunos lugares”.

Una interrupción brusca en las corrientes del Atlántico que podría congelar grandes partes de Europa parece más probable que antes luego de que una compleja y nueva simulación computarizada hallara que en el futuro se avecina un punto de inflexión “similar a un acantilado”.

Se trata de una pesadilla temida desde hace tiempo, desencadenada por el deshielo de la capa de hielo de Groenlandia a causa del calentamiento global, y aunque todavía está a décadas de distancia no es a siglos como parecía antes, según un nuevo estudio publicado el viernes en Science Advances. La investigación, la primera que usa simulaciones complejas e incluye múltiples factores, emplea una medida clave para determinar la fuerza de la circulación oceánica, que está disminuyendo.

Un colapso de la corriente –llamada Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico o AMOC– cambiaría el clima mundial porque significa el fin de una de las fuerzas climáticas y oceánicas clave del planeta.

Según el estudio, las temperaturas en el noroeste de Europa descenderían entre 9 y 27 grados Fahrenheit (entre 5 y 15 centígrados) durante varias décadas, el hielo ártico se extendería mucho más al sur, el calor aumentaría aún más en el hemisferio sur, cambiarían los regímenes de precipitaciones globales y alterarían el Amazonas. Otros científicos señalaron que sería una catástrofe que podría causar escasez de alimentos y agua en todo el mundo.

“Nos acercamos (al colapso), pero no estamos seguros de hasta qué punto”, afirmó René van Westen, científico del clima y oceanógrafo de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) y autor principal del estudio. “Nos dirigimos hacia un punto de inflexión”.

Cuando puede producirse esta calamidad meteorológica global –representada burdamente en la película El día después de mañana– es “la pregunta del millón, que por desgracia no podemos responder en este momento”, dijo van Westen. Según él, es probable que falte un siglo para que suceda, pero podría ocurrir mientras él viva. Acaba de cumplir 30 años.

“También depende del ritmo de cambio climático que provoquemos como humanidad”, dijo van Westen.

Los estudios han demostrado que la AMOC se está desacelerando, pero el problema es su colapso o cierre total. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un grupo de cientos de científicos que ofrece actualizaciones periódicas autorizadas sobre el calentamiento, indicó que tiene confianza mediana de que no se producirá un colapso antes de 2100 y, en general, restó importancia a los escenarios catastróficos.

Pero van Westen, varios científicos externos y un estudio del año pasado creen que eso puede no ser cierto. Stefan Rahmstorf, jefe de Análisis de Sistemas Terrestres del Instituto de Investigación Climática de Potsdam (Alemania), no participó en la investigación, pero la consideró “un gran avance en la ciencia de la estabilidad de la AMOC”.

“El nuevo estudio aumenta significativamente la creciente preocupación por un colapso de la AMOC en un futuro no muy lejano”, dijo Rahmstorf en un correo electrónico. “Lo ignoraremos bajo nuestro propio riesgo”.

Tim Lenton, científico del clima de la Universidad de Exeter, que tampoco participó en la investigación, afirmó que, tras el estudio, le preocupa aún más la posibilidad de un colapso que causaría tantas repercusiones en el clima mundial “tan abruptas y graves que sería casi imposible adaptarse a ellas en algunos lugares”, dijo Lenton.

Hay indicios de que la AMOC ha colapsado antes, pero aún no se sabe cuándo y tampoco cómo cambiará en el futuro, explicó el oceanógrafo Wei Cheng, de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, que no participó en la investigación.

La AMOC forma parte de una intrincada cinta transportadora mundial de corrientes oceánicas que mueven diferentes niveles de agua salada y caliente por todo el planeta a diferentes profundidades, siguiendo patrones que ayudan a regular la temperatura de la Tierra, absorben dióxido de carbono y alimentan el ciclo del agua, según la NASA.

Cuando la AMOC se detiene, hay menos intercambio de calor en todo el planeta y “afecta gravemente a Europa”, dijo van Westen.

Durante miles de años, los océanos terrestres han dependido de un sistema de circulación que funciona como una cinta transportadora. Sigue funcionando, pero cada vez más despacio.

Su motor se encuentra frente a la costa de Groenlandia, donde, a medida que se derrite más hielo debido al cambio climático, fluye más agua dulce hacia el Atlántico Norte y todo se desacelera, explicó van Westen. En el sistema actual, el agua dulce, más fría y profunda, se dirige hacia el sur, pasando por las dos Américas, y luego hacia el este, por África.

Mientras tanto, el agua oceánica más salada y cálida, procedente de los océanos Pacífico e Índico, empuja más allá del extremo sur de África, se desvía hacia y alrededor de Florida y continúa por la costa este de Estados Unidos hasta Groenlandia.

El equipo de Países Bajos simuló su flujo durante 2,200 años, añadiendo los efectos del cambio climático provocado por el ser humano. A los 1,750 años, observaron “un colapso abrupto de la AMOC”, pero hasta ahora no han podido trasladar esa cronología simulada al futuro real de la Tierra. La clave para controlar lo que ocurre es una complicada medición del flujo alrededor de la punta de África. Cuanto más negativa sea esa medición, más despacio irá la AMOC.

“Este valor se vuelve más negativo con el cambio climático”, indicó van Westen. Cuando llega a cierto punto, no se trata de una parada gradual, sino de algo “parecido a un acantilado”, añadió.

El mundo debería prestar atención al posible colapso de la AMOC, afirmó Joel Hirschi, jefe de división del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido. Pero hay una prioridad global mayor, dijo.

“En mi opinión, el rápido aumento de las temperaturas de los últimos años y las temperaturas extremas asociadas son más preocupantes que el colapso de la AMOC”, señaló. “El calentamiento no es hipotético, sino que ya está ocurriendo y repercute ahora en la sociedad”.

-Telemundo 10/02/2024

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