El resultado: escalan tensiones comerciales globales
El 2 de abril de 2025, el presidente Trump proclamó el Día de la Liberación arancelaria, anunciando un arancel base de 10% sobre todas las importaciones, con tasas más elevadas para ciertos socios comerciales.
Específicamente, las importaciones de la Unión Europea fueron sujetas a un arancel de 20%, mientras que los productos chinos enfrentaron un arancel adicional de 34%, elevando el total de los aranceles sobre bienes chinos a 54%. Estas medidas fueron justificadas por la administración como esfuerzos para corregir desequilibrios comerciales y promover la manufactura doméstica.
En reacción, el ministerio de Finanzas de China anunció el 4 de abril de 2025 la imposición de aranceles de 34% sobre todas las importaciones estadunidenses, efectivos a partir del 10 de abril.
Además de los aranceles, China implementó restricciones a las exportaciones de tierras raras, esenciales para diversas industrias tecnológicas, y suspendió las importaciones de ciertos productos agrícolas estadounidenses. Estas acciones reflejan la determinación de Pekín de responder proporcionalmente a las medidas de Washington y proteger sus intereses económicos.
El impacto en los mercados financieros globales no se dejó esperar y a escalada en la guerra comercial tuvo repercusiones inmediatas.
El índice S&P 500 experimentó una caída de 4.8%, mientras que el Stoxx 600 europeo descendió 5.1%, marcando su peor jornada desde 2020.
El precio del petróleo también se vio afectado, con el Brent crudo bajando 6.9% hasta 65.33 dólares por barril, debido a temores de una desaceleración económica global. Las acciones tecnológicas, como Apple y Amazon, retrocedieron, empujando al índice Nasdaq a (-)20% desde su máximo de mediados de diciembre, lo que lo llevó a territorio de mercado bajista. El Stoxx 600 de Europa perdió 8.4% en la semana, mientras que el FTSE 100 del Reino Unido cayó 7.0 por ciento. El índice asiático de MSCI descendió 4.5 por ciento.
El presidente Trump defendió su estrategia arancelaria, afirmando que estas políticas representan una revolución económica destinada a restaurar empleos y establecer relaciones comerciales más equitativas. Sin embargo, estas acciones han generado críticas tanto a nivel nacional como internacional. Elon Musk criticó al principal asesor comercial de Trump, Peter Navarro, y abogó por la creación de una zona de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea. Analistas advierten que los aranceles podrían retrasar la innovación tecnológica estadunidense y beneficiar a competidores chinos como BYD y Huawei.
Las implicaciones para la economía China es que los aranceles imponen una presión significativa sobre su economía orientada a la exportación. Se estima que estas medidas podrían reducir el crecimiento económico chino en uno o dos puntos porcentuales. En respuesta, Pekín está considerando estímulos económicos, incluyendo recortes en las tasas de interés y aumento del gasto fiscal, para fomentar el consumo interno y mitigar el impacto de los aranceles.
Respecto de las perspectivas y de los posibles escenarios, la intensificación de las tensiones comerciales entre EU y China plantea varios posibles. El primero sería la entrada en negociaciones bilaterales. Ambas naciones podrían optar por reanudar conversaciones para alcanzar un acuerdo que alivie las tensiones y establezca nuevas reglas comerciales. El segundo consistiría en una escalada continua en el que, si las represalias mutuas persisten, podría desencadenarse una guerra comercial prolongada, afectando negativamente a la economía global. Finalmente, podría producirse una reconfiguración de las cadenas de suministro, una situación que implicaría que las empresas multinacionales reubiquen sus operaciones para evitar aranceles, alterando las cadenas de suministro globales y beneficiando a terceros países.
La reciente imposición de aranceles y medidas de represalia entre Estados Unidos y China subraya la fragilidad de las relaciones comerciales internacionales y la interconexión de las economías globales. Las consecuencias de estas políticas no sólo afectan a ambos países, también tienen implicaciones para la economía mundial. Es esencial que los responsables políticos y las partes interesadas busquen soluciones diplomáticas y estrategias que promuevan la estabilidad económica y el crecimiento sostenible en el escenario global.
Excélsior
21//Abril//2025