En 1994, presenté una propuesta en la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), ubicada en Av. San Antonio #256, colonia Nápoles, Ciudad de México. A invitación expresa de los organizadores de mesas de propuestas para ser tomadas en el Plan Nacional de Desarrollo que plantearía Ernesto Zedillo Ponce de León, candidato del Partido Revolucionario Institucional a la Presidencia de la República tras el magnicidio de Luis Donaldo Colosio.
Mi propuesta consistía en un Programa Nacional de Capacitación Ambiental que obligaría a todos los estudiantes de educación superior de las universidades e institutos técnicos públicos y privados a que destinaran sus 460 horas obligatorias del famoso “servicio social” a habilitarse en un nuevo Instituto Nacional de Educación Ambiental.
Aquí, investigadores, catedráticos y expertos en la gestión ambiental, les impartiríamos un diplomado de 60 horas y ellos, a su vez, deberían acudir a todas las escuelas del sistema educativo formal público y privado para capacitar, durante sus 400 horas restantes, a miles de alumnos mexicanos.
En 1993, hablé con Ernesto Zedillo, cuando era secretario de Educación Pública. También con el entonces presidente Felipe Calderón, en una reunión de los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el 5 de junio de 2008, Día Mundial del Medio Ambiente, en la Marquesa camino a Toluca, Estado de México.
En ambas ocasiones, les propuse la inclusión de una materia denominada “ciudadanía ambiental” como parte medular en los programas de educación formal tanto pública como privada, desde la educación preprimaria hasta la superior. Los dos contestaron solamente que era muy buena idea, pero hasta ahora no ha pasado nada. Hoy, sigue siendo urgente la educación ambiental/climática.
*Carlos Álvarez Flores, presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C.
Experto en gestión de residuos y cambio climático