¿Quién era su profesor favorito? En primaria, recuerdo a Miss Lolita, con mucho cariño. Era simpática, paciente y cariñosa. Aunque nunca fui un alumno sobresaliente, sí me llevé algunas estrellitas.
Si les preguntara cuáles son las herramientas típicas de un maestro, seguro pensarían en el borrador, el pizarrón y el gis. Esta pequeña barrita toma su nombre del griego «gypso», que significa yeso. De ahí pasó al latín y luego al español. En España no le dicen gis, le dicen «tiza». Lo curioso es que esa palabra proviene del náhuatl «tizatl», una tierra blanca que se utilizaba de barniz.
Lamentablemente, existen muchos estudios que documentan que la exposición prolongada al polvo del gis causa EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), que podríamos llamar de la vieja escuela, pues hoy, el PowerPoint ha sustituido el pizarrón. Yo detesto hacer presentaciones, por eso les dejo ese trabajo a mis becarios, je, je. A mí me gusta escribir a mano, sólo que lo hago con plumones, si es que no los pierdo…
Otra de las herramientas que se me ocurren son las reglas de metro, que le permitían al profesor hacer líneas largas en el pizarrón y lograr formas preciosas. Pero también servían para dejarnos marcas en las piernas y en las manos. Miss Elda, mi profesora de 3.º de primaria, nos pegaba. Los tiempos han mejorado y está prohibido que los maestros tundan a los alumnos. Sin duda, una mejora en nuestro sistema educativo.
Cuando empecé en la docencia, no pude sino recordar a todos aquellos profesores que me inspiraron. Su pasión y dedicación por enseñar me trajeron a donde estoy ahora. Y me pregunto si alguna vez yo he sido ese maestro para alguien. Quiero suponer que en estas décadas que lo he sido, he logrado que alguno haya abrazado esta profesión.