1850: “¡Vááámonos!”. A las 10 en punto el grito estentóreo del capitán anunciaba la salida del barco de vapor “La Esperanza”. El primer viaje desde la garita de La Viga hasta Chalco. Iba con sólo 20 pasajeros. El recorrido duraría entre 4 y 5 horas. México se asomaba a la modernidad.
El mérito de este hecho histórico se le debe al empresario Mariano Ayllón, quien pronto puso en el canal otro buque, el “Santa Anna”, inaugurado por Porfirio Díaz. Otros empresarios (1885) construyeron más embarcaciones, uno de ellos, el “Guatimoc”, cuya caldera estalló con Benito Juárez a bordo. Por fortuna, todo quedó en un gran susto.
Los barcos de vapor en la ciudad desaparecieron para dar paso al “progreso”: el surgimiento de los ferrocarriles (también de vapor), el entubamiento y la pavimentación que convirtió el canal en calzada (hoy, Eje 2 Oriente) y la construcción del gran canal del desagüe (1921). / Fanático