Ubicado en la esquina de Eje Central y Tacuba, el Palacio Postal de la Ciudad de México fue construido, en poco menos de cinco años, por el italiano Adamo Boari y el mexicano Gonzalo Garita. Es de estilo ecléctico, pues combina los estilos plateresco e isabelino. Fue inaugurado en 1907 por el presidente Porfirio Díaz con motivo del centenario de la Independencia.
El reloj monumental de su fachada frontal fue importado de Alemania y ensamblado en México. Los elevadores marca OTIS fueron los primeros de su tipo en el país. La herrería de los elevadores fue traída de Florencia, Italia.
Construido en el lugar que ocupaba el Hospital de Terceros de la orden franciscana es uno de los edificios más bellos de la Ciudad de México. Desde su inauguración, cuando aún no había luz eléctrica en la capital, se le ha considerado un símbolo afrancesado del porfiriato.
El edificio consta de cuatro niveles y cinco fachadas, revestidas con cantera de Chiluca finamente labrada, y en ellas sobresalen las gárgolas, farolas y el reloj monumental.
En el interior destacan la señorial escalinata del recibidor, hecha con mármoles mexicanos y herrería de bronce trabajada por la Fondería Pignone de Florencia, que también realizó los detalles de los pórticos y ventanillas.
En 1987, fue declarado Monumento Artístico de la Nación. En su interior pueden admirarse los frescos pintados por Bartolomé Gallotti. Además, cuenta con una nutrida biblioteca con documentos que permiten conocer la historia del correo postal en México.
El Palacio Postal, también conocido como Quinta Casa del Correo Mayor (porque antes hubo cuatro sedes diferentes, una de ellas, en la céntrica calle que lleva su nombre y que corre atrás de Palacio Nacional).
Los cuatro inmuebles anteriores estuvieron ubicados en las calles Del Parque, Santa Teresa, San Francisco y Moneda, centro de la Ciudad de México.
Un enorme y bello domo ilumina el interior de este inmueble, donde fue más que necesario ante la falta de iluminación artificial en aquellos años porfirianos.
Cuenta con un museo que exhibe objetos y documentos históricos, como buzones, máquinas de escribir, apartados postales, básculas, carretas, bicicletas y uniformes, entre otros.
Pero su labor continúa frente al avance tecnológico. Ahora ofrece servicios de correspondencia, mensajería y paquetería. Y para quienes estén interesados en más detalles, hay recorridos virtuales.