Milpa Alta fue bastión zapatista y está en las estribaciones del Ajusco, donde se alzan más de cien conos volcánicos. Es la segunda alcaldía más grande de la ciudad y fue el origen de 12 pueblos prehispánicos. Conquistada por los españoles en 1529, fue bautizada con su nombre actual. Aún es zona rural y gran reserva ecológica del valle. Allí se produce masivamente el nopal, amaranto y, claro, en San Pedro Atocpan, 90 % del mole que consumen los capitalinos.
Pero no sólo eso, luce con orgullo una joya franciscana del siglo XVII: la parroquia de San Pedro Apóstol, inaugurada en 1680, monumento nacional desde 1933. Está en la placita principal y, gracias a las remodelaciones, aún se encuentra en buen estado. Es uno de los atractivos turísticos del lugar. En el atrio, se muestra una enorme campana de bronce que alguna vez tañó en una de sus torres.
Milpa Alta es la cuna del mole, una industria que comenzó de manera familiar en los años 40 cuando se vendía en escasas cantidades al mercado de la Merced. Hoy, San Pedro Atocpan produce 30 mil toneladas sólo para el consumo en la Ciudad de México.
Vaya, conozca el lugar. Hay autobuses que salen de Tasqueña, o en auto por la carretera Xochimilco-Oaxtepec. / Cultura