¿Ha oído sobre aquellas historias ancestrales que cuentan sobre la conversión de personas en piedras? Sí, sobre el poder de Medusa que petrificaba a los humanos con tan solo una mirada. Bueno, hoy olvidaremos la mitología griega para visitar un espectáculo panorámico que supera la ficción. Imagine llegar a un lugar donde las cascadas no son de agua, sino de piedra, con caídas de más de 50 metros en medio de un valle. Paisajes surreales, irregulares, que parecen tallados a mano. ¿Existirá esto? Claro que sí y en México tenemos la oportunidad de ser uno de los únicos dos lugares en el mundo en poseer esta maravilla lítica. Bienvenidos a Hierve el Agua, un verdadero paraíso en el estado de Oaxaca.
Hace miles de años, estas formaciones solían ser cataratas con agua carbonatada que brotaban de la montaña, pero al pasar del tiempo y gracias a la magia de la naturaleza, se formaron estas caídas, como sacadas de un cuento. Usted se preguntará si las aguas son termales o por qué se llama Hierve el Agua. En realidad, las pozas no son de agua cálida, sino que da la impresión de que está hirviendo por la cantidad de gases minerales que brotan de ella. Es interesante verla burbujeando sin estar a altas temperaturas.
Al llegar, podrá disfrutar de la gastronomía oaxaqueña e iniciar el recorrido. Después de caminar no más de 15 minutos, encontrará este balneario natural, uno de los más fotografiados de nuestro país. La mayoría de los viajeros solo visita la parte superior de la reserva, sin embargo, le recomendamos hacer el recorrido completo para conocer estas formaciones desde la base. Se quedará impresionado con las vistas desde los senderos. Manténgase atento para el avistamiento de aves, las peculiares formas del suelo y los rayos del sol en distintas posiciones.
¡A empacar, su próxima parada lo está esperando!