Edilberto Peña

Edilberto Peña

#Psicosalud

Twitter: @Edilberto_pena |

Perdido por la ansiedad

La mayoría de las personas podemos estar familiarizados con que el sufrir ansiedad puede derivar en un ataque de pánico, pero me gustaría hablar de otro tipo de eventos con los que puede responder el cerebro cuando no le alcanzan los mecanismos de defensa para combatir esos embates.

Seguro hemos escuchado historias de amigos o conocidos que se han sentido tan mal, pero tan mal, que comienzan a sentirse extraños, separados de su identidad. Llegan a percibir que su cuarto no es su cuarto, que no están en el momento presente. En resumidas cuentas, se perciben fuera de la realidad.

A este término en la psiquiatría se le conoce como “disociación”. Cuando el sistema nervioso central, definitivamente, ya no puede con una eventualidad: la muerte de un familiar, descubrir una infidelidad en la pareja, una enfermedad inesperada de un hijo o una crisis en la oficina.

Las opciones son explotar, enfocar mi frustración con quienes tengo más cerca o salirse a caminar sin rumbo, encerrarse en sí mismo, ver hacia adentro y tomarse tiempo sin lastimar el entorno para encontrar una mejor forma de responder. Este es el valor intrínseco de la disociación.

Nos protegemos, nos reiniciamos en la experiencia con el entorno, nos da la oportunidad de declararnos fuera de combate por un rato, de inconscientemente abrir el espacio para recibir ayuda de una red de apoyo y de que, después de respirar un rato, podamos rehacernos y encontrar una solución ad hoc para el problema emocional que enfrentamos.

Así que, la siguiente vez que estemos fuera de combate, y que tenemos la oportunidad de darnos cuenta, tomemos unos minutos de calma, no asustemos a todos y corramos a urgencias, abramos un espacio seguro sin muchos estímulos, demos contención, pensemos en la seguridad, permitamos rehacernos y demos cara a un día fuera de lo común.

*Psiquiatra. Director Cisne México.