Gabriela Jiménez

Gabriela Jiménez

Sexo, sin lágrimas y sin pudor

Sin hijos

Habrán leído la nota en la que el presidente de Turquía dijo: “Las mujeres sin hijos son mitad persona y niegan su femineidad”. Déjenme decirles que no hay que ir hasta ese país para escuchar algo similar. Aquí, en México, se piensa igual.

Y no sólo se cuestiona si son mitad personas o no son femeninas, incluso se pone en duda si son mujeres, sobre todo ahora cuando existe la transexualidad.

La maternidad es para muchas mujeres fundamental y, efectivamente, un paso para sentirse satisfechas y realizadas como tales. Pero, entonces, ¿qué pasa o qué son aquellas que por cuestiones genéticas, accidentes, enfermedades o simple decisión, no quieren procrear? Ojo, no mencioné “ser madres”, dije “procrear”. Hay diferencias:

- Hay mujeres que no pueden procrear, pero que adoptan y son madres amorosas y comprometidas.

- Otras pueden procrear, pero no quieren, punto.

- Varias quieren, pero no pueden y el adoptar no lo ven tan viable, debido a las dificultades legales para ello.

- Hay otras que pueden, los tienen y los abandonan o les dan una vida llena de violencia y carencias.

¿Qué es lo mejor o lo más decente? Lo será, siempre, no meterse en la vida y las decisiones de los demás. El respeto lleva a pensar, antes de tener hijos, si se desean y si se les puede dar una vida digna, planearlos y no tomar decisiones que lastimen a un ser indefenso.

Lamentablemente, existe tanta intolerancia, ignorancia y egoísmo en nuestra sociedad, que todavía hay quien se opone y niega que necesitamos más educación en materia de sexualidad.