Saúl “Canelo” Álvarez derrotó al estadounidense Jermell Charlo por decisión en 12 rounds el pasado 30 de septiembre, en un combate monótono y aburrido que no produjo grandes emociones, ni siquiera cuando derribó a su rival en el séptimo round.
El campeón mexicano retuvo su título de peso supermedio -76 kilos-, ante Charlo, monarca mundial superwelter -69 kilos-, quien subió dos divisiones para buscar su segunda corona mundial. Con gran ventaja en el tonelaje, Álvarez no pudo noquear, ganó con relativa facilidad, pero no tuvo una actuación convincente frente a un adversario que no representó mayor grado de dificultad.
Canelo dejó la impresión de querer derribar con un solo golpe, le faltó puntería y potencia para noquear al “Mellizo” que se dedicó a correr alrededor del ring para evitar a su oponente, sin presentar pelea, realmente.
Charlo hizo un boxeo elusivo y nunca se detuvo a intercambiar golpes. Álvarez no ejecutó combinaciones de golpes largas, aprovechó su buena técnica en ataque y amplio repertorio de golpes, pero le faltaron recursos en su estrategia para cerrarle las salidas a su oponente que se hizo como si fuera de humo y se le desapareció como un fantasma.
Las frías estadísticas de la empresa CompuBox revelaron que Álvarez disparó 385 y conectó 134 golpes durante 12 rounds, en promedio tiró 32 y conectó 11 impactos, muy poca profusión de golpes para hacer una pelea emocionante y ganar de forma convincente. Charlo conectó solamente 71 golpes de 398 impactos, en promedio, tiró 32 y conectó 6 golpes por round.
Los 385 golpes disparados por Canelo significan la menor cantidad en sus últimas cinco peleas en la ruta de 12 rounds. Contra el británico John Ryder fueron 459, ante el kazajo Genady Golovkin 487, contra el ruso Dmitri Bivol 495 y 494 golpes lanzados contra el británico Callum Smith.
Álvarez venció con claridad a Jermell Charlo, pero su actuación no convenció nuevamente, como le sucedió ante Ryder en mayo pasado, en Guadalajara, y en otras peleas donde ha quedado a deber.