Villa del Carbón

Hay vida y naturaleza mucho más cerca de lo que a veces usted podría imaginar. Basta con abordar un autobús desde el Metro Rosario o conducir su automóvil por menos de dos horas, desde la Ciudad de México, para llegar a un asentamiento mágico enclavado en la profundidad de un bosque que mezcla tradición, arquitectura, folclor, historia y paisajes: Villa del Carbón, Estado de México.

Rodeado de una atmósfera tranquila, este destino obtiene su nombre de su principal actividad en el pasado: la extracción del carbón.

Su iglesia del siglo XVIII, dedicada a la Virgen de Francia, cuenta con elementos de época que le harán viajar en el tiempo. Sus pintorescas calles empedradas, sintonizadas con el blanco de las fachadas y el naranja rojizo de sus tejados, le invitan a dar un paseo tranquilo donde los pequeños detalles se vuelven grandes hallazgos.

Allí, entre la caminata y el olor del arte en piel (una de las principales actividades económicas, junto con el turismo) se asoman en los alrededores las montañas, los bosques y un hermoso cielo pintado de azul.

Villa del Carbón, además de su esencia de pueblo colonial, cuenta con importantes atractivos naturales a su alrededor. En la presa de Taxhimay, se asoma la torre de la iglesia de lo que alguna vez fue un pueblo. En la presa El Llano, la tranquilidad de sus senderos y sus caminos hacen armonía perfecta con los pinos que bordean el cuerpo de agua de diversas tonalidades en el transcurso del día.

Visite sus presas, deguste el destilado de pulque y sus cervezas artesanales, pruebe una rica barbacoa, realice senderismo, dé un paseo por sus comercios… ¡Déjese sumergir y perderse en las historias de Villa del Carbón!