Gabriela Jiménez

Gabriela Jiménez

Sexo, sin lágrimas y sin pudor

Enfermedad

“¿Estás enfermo?”. Esta pregunta la hemos formulado varias veces en la vida y la respuesta depende del tipo de padecimiento que se tenga, pues algunas se miden, no por la gravedad o el impacto en el cuerpo, sino por su carga moral.

No hay problema si alguien tiene gripe, diarrea o intoxicación, son parte de la vida de todos en algún momento. ¿Pero qué pasa si se contrae una infección de transmisión sexual? Esto conlleva un estigma y a las personas se les adjudican varios calificativos: “perversos”, “fáciles”, “indecentes”, etcétera.

Y si se trata de diabetes, o tal vez cáncer, el pensamiento se torna catastrófico y los afectados ven un futuro incierto que los lleva a sumirse en una profunda depresión.

Las creencias que se tengan sobre cierta enfermedad pueden llevar a quien la padece y a su familia a no buscar la atención necesaria. Cualquier patología es la alteración del funcionamiento normal del cuerpo, hay algunas más graves o difíciles de tratar y otras con las que se tiene que aprender a convivir.

No hay buenas o malas, hay enfermedades que llevan a hacer cambios en el estilo de vida, y requieren un tratamiento medicamentoso constante, pero esto no es motivo para limitarla.

Recordemos que la idea que se tenga de la enfermedad daña más que la enfermedad misma. Revisar los conceptos, creencias, dudas o miedos es fundamental para adaptarnos a los cambios en la vida, donde nada se queda estático.

Si tienes alguna enfermedad crónica, o quizá una infección de transmisión sexual, incluido el VIH-sida, acércate a buscar el apoyo psicológico. Tu vida ha experimentado un cambio, pero no se ha terminado. La limitación la pone el miedo, no la enfermedad.

En el SIMISAE tendrás la asesoría psicológica gratuita las 24 horas. Llama: 800 911 3232.