Héctor Zagal

Héctor Zagal

Comprimidos del Dr. Zagal

Twitter: @hzagal |

Palillos y cucharas

¿Saben usar palillos chinos? Les confieso que a mí me cuesta mucho trabajo. Cuando voy a un restaurante japonés, lo intento, pero al final me desespero y termino pidiendo cubiertos occidentales. ¿Sabían que ya se utilizaban en China hace tres mil años?

Confucio pensaba que la comida debía ser un espacio de armonía y paz. Algunos de sus seguidores sacaron una consecuencia: no debe haber cuchillos en la mesa. Por ello, tanto en la cocina china como en la japonesa, la comida se sirve ya troceada. Los cuchillos se usan en la cocina, aunque hay excepciones, claro está.

Pero los palillos no son los cubiertos más antiguos. La cuchara es tan antigua que no sabemos cuándo comenzó a utilizarse. Antes de que el tenedor, proveniente de Bizancio, se abriera paso en las mesas europeas del Renacimiento, antes de que alguien pensara en trinchar una chuleta en plena sobremesa, ya existían cucharas.

Los antiguos egipcios las usaban de madera o marfil. También los pueblos prehispánicos de América poseían utensilios cóncavos para beber o servir alimentos, aunque la mágica tortilla, bien usada, puede suplir a la cuchara.

La cuchara, en el fondo, es una prolongación de la mano ahuecada. Recoge líquidos y, a diferencia de otros instrumentos, exige poca habilidad y fuerza: basta con llevarla a la boca.

Mientras el tenedor alardea de pinchar, el cuchillo presume de cortar y los palillos reclaman una destreza milenaria, la cuchara guarda una dignidad discreta. No corta, no hiere, no impone. Sirve, recoge, acaricia la comida. Es el cubierto de la sopa de fideos que reconforta, del postre que premia. Ningún otro utensilio está tan vinculado con la infancia, y la fragilidad del enfermo.

Todos hemos sostenido alguna vez una cuchara. Unos con firmeza, otros con torpeza y algunos más -todavía- con ambas manos. La cuchara es, probablemente, el primer utensilio que usamos al comer. Y si la vida nos trata con ternura, también será el último.