Comienzan los Juegos del Hambre

Luego de muchos sobresaltos, se pudo llegar al punto de partida formal del proceso presidencial electoral de junio de 2024, con incidentes de toda naturaleza, entre ellos, el del descalabro del candidato del partido Movimiento Ciudadano, Samuel García Sepúlveda, por un proceso desaseado en la solicitud de licencia.

El escenario de arranque está planteado en las encuestas: el partido y la candidata del presidente López Obrador marchan arriba en las encuestas y tienen ventaja de casi dos a uno sobre la candidata de la alianza opositora PRI-PAN-PRD y muchos grupos, mientras MC se perfilaba como la tercera fuerza nacional, pero con el objetivo de quedarse como la segunda.

El inicio del proceso no presenta sorpresas. La candidata opositora Xóchitl Gálvez Ruiz inició con muchas expectativas, sin embargo, no pudo rebasar su base electoral de 25 %, frente a la candidata oficial Claudia Sheinbaum Pardo, arriba de 50 % en la tendencia de votos.

El ambiente electoral no es festivo. Las encuestas revelan poca participación social y no existen condiciones de crisis como para pensar en un relevo de partido en el poder, además de que la oposición no está luchando contra una candidata oficial, sino contra la candidata del aparato público nacional.

El problema electoral de la oposición es su falta de voluntad para llegar a acuerdos. Los tres principales partidos tienen una candidata presidencial, pero los tres no participan en la campaña de Gálvez Ruiz. Sus dirigencias están orientadas a las candidaturas legislativas y de gobernadores. MC, por su lado, no pierde oportunidad para pelearse con los opositores al régimen.

Esto no quiere decir que no pueda haber sobresaltos. Sin embargo, la oposición ha demostrado carecer de trabajo político previo para construir una base electoral social con suficiente fuerza como para competirle a Morena, un partido que opera como el viejo partido de Estado del PRI.

Las encuestas están mostrando que no existe una sociedad política con voluntad de cambio.