Sin PIB no hay país

El México moderno -de la Constitución de 1917 a la fecha-, se ha movido en el dilema de la política o el bienestar social, pero siempre con los datos de que no se podrían las dos cosas. En la reforma al artículo 3 constitucional, de diciembre de 1946, el presidente Miguel Alemán resolvió el problema con una tesis que duró hasta 1982: lo importante es el bienestar, no la democracia.

Luego vino el modelo neoliberal que vendió la edad de la democracia que beneficiaba al mercado y no dotaba al Estado de la capacidad de atender simultáneamente los dos problemas; en consecuencia, se le dio prioridad al bienestar y se sacrificó la democracia.

Ahora, el ciclo lopezobradorista regresa al viejo dilema: el bienestar social como prioridad, pero sacrificando la democracia.

El problema de este ciclo pendular es que ni se resuelve una ni se atiende la otra. El crecimiento económico es el que promueve la creación de la riqueza como condición previa para distribuir los beneficios entre los no propietarios, pero tiende a sacrificar las reglas democráticas.

Nadie discute ni puede rebatir la atención -en términos generales- de los pobres, pero una cosa es que se use el dinero público como subsidio directo a sectores marginados sin impactar como demanda efectiva, y otra cosa es que se olvide que la riqueza para distribuir se tiene antes que producir.

Y aquí nos encontramos con el gran problema. La economía en el ciclo populista 1934-1982 creció a un ritmo promedio del 6 % del PIB, con los datos de que a partir del 4 % hacia arriba había más riqueza que distribuir. Pero el ciclo populista neoliberal 1983-2024 creció a una tasa promedio anual del 2% y, por lo tanto, no pudo atender las demandas de bienestar y generó mayor pobreza.

La 4T está dándole prioridad a la distribución de subsidios, pero la tasa promedio anual del PIB estimada para los próximos 10 años es del 2 %... o menos.

Así que no se echen las campanas al vuelo: ha bajado la pobreza porque se ha regalado dinero a los más pobres, pero no se ha modificado la estructura productiva que genera la pobreza. El subsidio sólo esconde la marginación debajo de la alfombra.