El único obstáculo que enfrentaba a México al completarse el primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo era el lenguaje beligerante, agresivo, grosero, abusivo y sin proyecto real del presidente Donald Trump acusando a México de ser un narcoestado.
Pero la visita del secretario estadounidense de Estado, Marco Rubio, el miércoles 3 de septiembre -después, por cierto, del informe presidencial mexicano-, despejó las dudas y demostró que detrás del bullying de Trump se encontraba ya en marcha un proyecto de relaciones institucionales de Estado, desiguales, críticas, clavadas de presiones, pero, al final de cuentas, encargadas en los espacios institucionales entre los dos países.
Ahora viene la segunda parte de la tragedia mexicana con Estados Unidos: la negociación adelantada del T-MEC o Tratado de Comercio Libre, firmado en 1993 y revisado en 2018, y los primeros indicios revelan que sus resultados no serán los esperados: Estados Unidos abandonó ya el camino de la globalización articulada, está usando los aranceles como un regreso al proteccionismo y se ha planteado la meta de reconstruir dentro de territorio americano la planta industrial que el tratado dispersó por el mundo.
Es decir, hay que prepararse, porque ya no habrá las mismas facilidades de siempre para que productos mexicanos pudieran ingresar sin aranceles al consumidor estadounidense, pero con la desagradable sorpresa de que los años del tratado desarticularon cadenas productivas completas de México y otras fueron sustituidas con empresas extranjeras porque los mexicanos no se atrevieron a invertir en bienes de capital.
Junto con la negociación del tratado, México tendrá que rehacer su política industrial porque la salida de emergencia que representaba la migración ilegal masiva tampoco será posible por el cierre de las fronteras estadounidenses y, sobre todo, la deportación de cientos de miles de mexicanos, incluso muchos legales.
Estados Unidos ya no será la salvación de México, y nuestro país entrará en un túnel oscuro de estancamiento.