Se dice que la nostalgia y la melancolía hacen revivir historias que podrían nunca haberse contado. Las paredes y los espacios guardan frases inmortalizadas por el tiempo. Con esa sensación de añoranza, detenemos el vehículo para llegar a un enorme espacio muy concurrido en la Ciudad de México.
En esta parada aparece lo que fue, en la década de los 40, una fábrica de harina. Hoy se ha transformado en un sitio de arte, color, gastronomía y alegría de numerosos grafitis. Este gigantesco y lujoso mosaico está en un antiguo almacén de granos, con todo y los silos que alguna vez estuvieron llenos. Y eso lo hace mucho más atractivo.
Si usted es un ferviente amante del arte, se fascinará con encontrar todo tipo de muestras dentro el lugar, inclusive con la oportunidad de conocer a los autores. La fotografía da a este espacio el rol de locación para innumerables tomas que cualquiera le preguntarán sobre su origen.
Basta con ir a la alcaldía Miguel Hidalgo, al norte de la ciudad, para encontrar este espectáculo gratuito, donde caminar, beber, pasear, descubrir, comer y jugar serán sus verbos predilectos. Recuerde que uno de los principales atractivos del lugar es su particular decoración que le hará mezclar el pasado, presente y, sin duda, el futuro.
¿Qué se puede encontrar? Un club de rock, un museo de videojuegos, tiendas independientes, cafeterías y una pizzería.
¿No quiere salir de la ciudad? Deje que el viaje lo visite en su propia morada.