Fernando Gutiérrez

Fernando Gutiérrez

De barrio en barrio

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La Mascota

Quizá muchos de ustedes han pasado por la calle de Bucareli, ya casi para llegar a avenida Cuauhtémoc, y seguramente han visto una bellísima construcción afrancesada, de ladrillo rojo, con tres calles privaditas, decoradas con jardineras, algunas esculturas y pequeñas fuentes.

Pero, ¿conocen su historia? Es una construcción histórica, de más de 100 años y que todavía está en pie, muy fuerte, gracias a sus materiales prefabricados de concreto y acero, tecnología utilizada nada más y nada menos que por el famoso ingeniero Miguel Ángel de Quevedo.

Y asómbrense, esta hermosa unidad habitacional, la primera que hubo en la capital, costó dos millones y medio de pesos. Claro, hoy, nos parece poco, pero en su momento fue un dineral, una fortuna que solamente un empresario poderoso podía desembolsar. Y ese personaje fue Ernesto Pugibet, un francés que encontró en México el ambiente ideal para invertir.

Pugibet era el dueño de la cigarrera Buen Tono, que tuvo éxito durante 80 años hasta que la compró Tabacalera Mexicana, hoy Cigatam.

El caso es que Pugibet no sólo pensaba en agrandar su fortuna, sino también en darle a sus empleados todas las comodidades para que rindieran mejor. Así, con mucho sentido social mandó construir tres unidades habitacionales para sus trabajadores, muy cerca de su centro de trabajo, que era la tabacalera. Hizo dos en la colonia Doctores, que ya no existen, y una en la colonia Juárez, la más bonita y aún presume su belleza arquitectónica.

Si a ustedes les gusta admirar los sitios bellos e históricos de la Ciudad de México, dense una vueltecita por Bucareli y admiren la Mascota, que es el nombre de esta unidad.

Y después, muy cerca, les quedará el antiguo café La Habana, donde dicen que Fidel Castro y el Che Guevara fraguaron la Revolución cubana, y donde, también dicen que García Márquez escribió algunas páginas de Cien años de soledad. Además, allí hacen las conchas con nata más ricas del rumbo. ¿Qué más pedir?